"No hemos sido criados para amarnos." Todo lo contrario: hemos sido criados para juzgarnos, autosabotearnos y desconfiar de nosotros mismos. Entender esto me llenó de compasión. Cuando comprendí que nadie me enseñó a amarme de verdad, abracé a mi niña interior y le dije: "Está bien, has hecho lo que has podido. Ahora puedes aprender a quererte y cuidarte."
Pocas personas han crecido rodeadas de narrativa constructiva. Hemos sido criad@s con mensajes de rechazo, de no validación, de “no eres suficiente”. Pero, ¿y si reescribiéramos nuestra historia?
¿Cómo viviríamos nuestra vida si supiéramos amar de verdad?
¿Qué es lo que más queremos en esta vida? ¿Qué queda cuando quitamos el miedo, el juicio, la culpa, el resentimiento, la vergüenza…? Todo lo que queda es amor. El amor es sentir compasión por un desconocido que pide limosna en la calle. Es conmovernos ante noticias de guerra o hambruna. Es la alegría que sentimos cuando algo bueno le ocurre a alguien que queremos. Es la conexión que sentimos frente a un hermoso atardecer o la sonrisa de un niño lleno de ilusión. Desde pequeños, somos construidos a imagen y semejanza de nuestros padres. Pocos padres han tenido las herramientas para acompañarnos con una crianza respetuosa, basada en el amor puro. Como resultado, hoy cargamos con un gran trauma generacional. No se trata de buscar culpables; podemos comprender que nuestros padres, y los padres de sus padres, hicieron lo que pudieron. Hoy estamos en otros tiempos: una época desafiante, pero también de despertar, en la que disponemos de información y herramientas fácilmente accesibles. Hoy tenemos responsabilidad.
Pregúntate:
Si respondes “no” a muchas de estas preguntas, es posible que tengas que desaprender lo que sabes del amor y reprogramar tus ideas y tu subconsciente para amarte y, por ende, amar a los demás de manera saludable.
Ram Dass describe el amor como un estado de consciencia. Significa que nuestra consciencia opere desde el amor: pensar con amor, actuar con amor.
Cuando aprendemos a reprogramar nuestros patrones neuronales para vivir en amor, todos los aspectos de nuestra vida cambian. Pero el amor es una práctica para toda la vida. No es fácil. Habrá momentos en los que no sabremos actuar desde el amor y querernos también es entender eso. La clave está en observar, perdonar y continuar practicando. Esa es la práctica.
La profesión que ejercemos, nuestros bienes materiales, nuestros viajes, nuestro aspecto… ¿Determinan nuestro valor? La respuesta es no. Nuestro valor es inherente, infinito, simplemente por existir. Amar de manera pura significa amar sin juicio, sin condición. Implica aceptarnos, pero también querernos lo suficiente para observar nuestros patrones y trabajar cada día en ser mejores, tanto para nosotros como para los demás. El amor real se mantiene estable y fuerte, incluso si los demás no actúan como esperamos. No dice: “Si no haces lo que quiero, dejaré de quererte”. Cuando alguien nos hace daño constantemente, el amor puro nos permite decir: “Te amo, pero no me haces bien, así que me alejo”. Con nosotros mismos, el amor real nos dice: “Me he equivocado, soy human@. Mis errores no determinan mi valor. Me amo ahora y siempre”.
En mi próxima publicación compartiré herramientas poderosas para cultivar este amor auténtico.
Gracias por leer.
Con cariño,
Doriana